viernes, 9 de noviembre de 2012

He pasado frente a tu ventana dos veces y no has volteado a mirarme, no sé si por orgullo, o por coraje, ¿Por qué tienes siempre la misma respuesta?, nadie entiende que amar es una elección, dime tú, ¿Cómo es que sí lo amas a él? Entiendo tus respuestas de niña terca, pero no comprendo ése, tu anillo amatista. ¿No lo habías dejado ya? Tengo que siempre acorralarte con poemas, y aún así no lees ninguno de ellos, porque solo tienes tiempo para orar en el pasillo, pidiéndole a Dios que lo proteja, dime tú, si no es un lobo disfrazado de oveja, porque yo no le creo, como tampoco creo que lo ames para siempre, ¿O es eso?, ¿Era eso lo que me querías decir? Entonces, me rindo desde la primera vez que me asomé.

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