miércoles, 6 de junio de 2012

El amor es la base de la existencia humana, el hilo conductor de la vida. Nos ayuda a conocernos profundamente, a construirnos hacia dentro y hacia fuera, y también a comprender el mundo. La fuerza del amor que hace posible la necesaria vinculación afectiva del niño con sus padres, ya desde la cuna, es la misma que potencia la autoestima del adolescente y del joven, y la misma que nos da la deseada paz cuando envejecemos. La fuerza del amor es trasformadora y siempre beneficiosa. Profundizar en este amor que todo lo invade, motor de cada una de las etapas del desarrollo evolutivo, es el objetivo primordial................

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