¿Me has llamado?
¿Has dicho mi nombre?
Creí escucharlo con el viento
y vine hasta aquí.
Atrás he dejado un largo y pesado viaje
para reunirme contigo.
Pero... ¿no me has llamado?
Tal vez desde lejos del camino grité
tu nombre, te llamé en silencio
y el eco de mi propia voz
me hizo creer que me llamabas.
¿Ves? traigo las manos llenas
y mi pelo ha crecido...
Me brillan los ojos y
mis zapatos están gastados de tanto andar.
Pero ¿por qué gritas mi nombre ahora?
¿No me ves? estoy frente a tí...
¿Es que no me ves?.......................
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