Tú, lector, que te dispones a leer
este pequeño, inútil manual de la memoria;
no tuerzas tu gesto
al notar el bajo lenguaje que en él uso,
ni critiques a Adagio por su desagradable estilo.
No fue mi intención invitar a Vesta
ni a las compañeras de Febo a estos versos
que he moldeado con mis manos desnudas,
usando el más asqueroso barro;
pues tú sabes bien, lector hipócrita,
que sólo en lo más sucio podemos encontrar
una verdad acorde con los tiempos que vivimos...................
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