miércoles, 6 de junio de 2012

A veces se ponía sus alas de ángel
y salía a la calle
a salvar a algún desesperado;
yonquis, enfermos terminales, solitarios, mendigos ...
Yo la prefería
golfa, viciosa,
con minifalda negra y zapatos de tacón de aguja,
sin alas,
sin bragas,
mordiéndose los labios para no gritar.
Pero ni por esas.
Ella sigue con sus alas,
su realismo mágico
y sus amores tiernos.
Yo con mis polvos salvajes,
mi realismo sucio
y alitas de mosca............

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