jueves, 25 de octubre de 2012
Me despierto tras haber soñado contigo toda la noche,
Se despertó el deseo carnal que viene,
Se va, se queda y a veces se esconde.
Mi corazón empieza a palpitar
Cuando comienza mi mente a imaginar
Aquella situación.
Tú y yo a solas en una habitación,
Ni tuya ni mía,
Sino de los dos.
Beso tu frente con mucho cariño,
Mis besos van bajando,
Se encuentran con tu vientre,
Me consume el delirio.
Voy sintiendo cada vez más
El delicioso sabor de tu piel,
Tu sabor de mujer.
Me quedo mirando tus ojos
Que me miran con ternura,
Mis labios ahora recorren tus piernas
Hasta sumergirse en un mar de dulzura.
Sientes mucho calor,
Yo también,
Das un suspiro tan intenso
Que se convierte en gemido
Del más lindo placer,
Y con eso puedo sentir en mis labios
La más pura miel de tu ser.
Entregando nuestras almas a su amor,
Me abres tu corazón
Y yo el mío,
Adentrándome en lo más tierno
Y profundo de tu interior.
Mis brazos te envuelven
Y mis manos acarician tu espalda,
Tus piernas me envuelven
Y tus manos acarician mi cara;
Entonces, con tu voz tan tierna,
Y como si fueras una niña pequeña
Con sus dudas,
Me dices que me amas,
Y me quedo contigo besándote,
Acariciándote y amándote,
Hasta que la noche acaba,
Hasta que la eternidad termina,
Hasta que se muera mi alma.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario