viernes, 3 de agosto de 2012

Cae una lluvia intensa
y pienso en como
ayer mi estufita
secaba nuestros cuerpos
húmedos y acalambrados,
ebrios de carne hasta
decir basta.

Es un ayer lejano, incluso
para mi memoria, pero
es curioso como este
olor a gas me incita.

Ayer nos evaporábamos
en una deshidratante
maratón, pero hoy,
aunque sea patético
decirlo, lo único que
empaña mis vidrios es
el vapor que brota de
mis zapatillas mojadas.

El agua vuela, igual
que los días, igual que
los recuerdos. El olor
penetrante de tu sexo
acribillado sede el paso
al del gas en combustión
y yo no puedo evitar
reírme. Esta alegoría
es tan obvia como cierta.

Coincidencia, curiosa coincidencia................

No hay comentarios:

Publicar un comentario