viernes, 3 de agosto de 2012

La tormenta el placer arrulla
cuando llega a la cima.
La montaña se entrega al alba,
se desviste de su niebla nocturna
que, como vapor lento se aleja y,
en su recogida, la arrastra el vendaval
a los confines de una mar
buscando
calma
entre brisas de colores,
de escamas plateadas
de tactos mudos
salitre y luz .

Arrecia el temporal,
busca la playa de arena dorada
de blanca espuma.
Gimen las olas entre rizos y piruetas.
La tormenta agoniza
cuando llega a tu costa
buscando
calma
y se baña desnuda,
en arena entregada
al suave encaje
luz y algas..............

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